Para cualquier empresa de cadena de frio,
técnico o empresa de servicio, es importante considerar la temperatura de los
productos o suministros que maneja, así como también el confort de la
habitación, recinto u área social.
En cualquier de los casos, sea refrigeración y aire acondicionado, casi siempre se piensa en la temperatura que desea el cliente, o requiere el producto a refrigerar; quizás también el área para confort humano. Y muy pocas veces se considera la humedad relativa.
En cualquier de los casos, sea refrigeración y aire acondicionado, casi siempre se piensa en la temperatura que desea el cliente, o requiere el producto a refrigerar; quizás también el área para confort humano. Y muy pocas veces se considera la humedad relativa.
𝗔𝗾𝘂í 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗶𝗿𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗹𝗮 𝗶𝗺𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘀𝗶𝗱𝗲𝗿𝗮𝗿𝗹𝗮.
Por ejemplo, la cantidad de calor generado en un
ambiente se verá afectado, considerablemente, por la cantidad de agua presente
en el aire, si no se controla, adecuadamente, la humedad relativa, siempre se
tendrán variaciones de temperatura, sin importar la calidad de las
instalaciones o unidades a utilizar.
Cuando escuchamos hablar de humedad relativa
entendemos a un proceso doméstico, comercial o industrial. Pueden venir ideas
variables para diferentes personas. Muchas veces se confunde “humedad relativa”
con la idea, mucho más general, de “humedad”.
Todas las industrias requieren de vapor, agua u
otro tipo de líquidos. A la presencia de estos líquidos en la superficie o el
interior de los cuerpos, se le conoce como “humedad”.
La humedad relativa, por otro lado, no tiene que
ver con los líquidos que se utilizan para los procesos productivos, sino
con la cantidad de agua en forma de vapor presente en el aire, en comparación
con la cantidad máxima de agua que puede mantenerse a una temperatura dada.
La regla general es que a medida que
aumenta la temperatura, el aire se vuelve más seco (la humedad relativa
disminuye) y al disminuir la temperatura, el aire se vuelve más húmedo (la
humedad relativa aumenta).
En algunos casos, asegurarse de que la humedad
relativa nunca se eleve demasiado. Por ejemplo, un producto como el chocolate.
Si la humedad relativa en una instalación de almacenamiento se eleva por encima
de cierto nivel y permanece por encima de ese nivel durante un período de
tiempo suficientemente largo, puede ocurrir un fenómeno llamado “blooming o
fat-bloom”.
Este es un claro ejemplo en donde la humedad se
forma en la superficie del chocolate, disolviendo el azúcar, y cuando la
humedad se evapora, el azúcar forma cristales más grandes, lo que lleva a la
decoloración (y que la superficie del chocolate se vuelva blanca).
Otros productos, como en la industria
farmacéutica, son extremadamente sensibles a la humedad. Tanto las
píldoras médicas como los polvos secos se almacenan en condiciones controladas
a niveles precisos de humedad y temperatura, puesto que una variación en los
niveles de humedad podría alterar completamente las características del
producto, al punto de volverlo inútil.
Finalmente, la humedad relativa también es un
factor importante en los sistemas de automatización de
edificios centrados en el confort humano, como el aire acondicionado.
La capacidad de medir y controlar la humedad
relativa no solo sirve para mantener un ambiente cómodo dentro de un edificio,
sino que también ayuda a optimizar la eficiencia de los sistemas de acondicionamiento
al proporcionar una indicación de la cantidad de aire que se necesita para
acondicionar, dependiendo de la temperatura exterior.